Dirigente Político colombiano. Obtuvo el título de abogado en la Escuela Nacional de Derecho, con una tesis titulada "Las ideas socialistas en Colombia". En 1926 viajó a Roma para especializarse en derecho penal, grado que alcanzó con la mención académica magna cum laude. Tras recorrer Europa regresó a Colombia en 1928 y fue elegido Representante a la Cámara, tribuna desde la cual denunció públicamente la masacre de los trabajadores bananeros en Ciénaga, Magdalena, acción instigada por los directivos de la United Fruit Compamy (hoy conocida como la Chiquita Brands Intenernational, empresa que en 2007 enfrentó un juicio en los Estados Unidos por haber financiado el accionar de los grupos paramilitares de las AUC que sembraron el terror en Colombia) y protagonizada por el Ejército Nacional. Los debates en defensa de las víctimas de la represión y la violencia oficial hicieron que los humildes lo honrraran con el título de «Tribuno del Pueblo».
En 1931 es elegido Presidente de la Cámara de Representantes. También ejerció como docente de la cátedra de Derecho Penal en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad Libre, siendo nombrado rector de ésta última. Su postura en contra del monopolio de la tierra le granjeó un amplio apoyo del campesinado, lo cual hizo que en 1933 fundara la Unión Izquierdista Revolucionaria (UNIR) y el periódico "Jornada", tribunas desde las que planteó, entre otros apectos, la necesidad de avanzar en una profunda reforma agraria.
Elegido Alcalde de Bogotá en 1936, llevó a cabo importantes reformas sociales; promovió la municipalización de los servicios públicos y trató de establecer los restaurantes escolares. En 1940 fue nombrado Ministro de Educación, cargo desde el cual emprendió una ambiciosa campaña de alfabetización; implantó el zapato escolar gratuito, los restaurantes escolares, el cine educativo ambulante y la extensión cultural masiva. En los años siguientes, Gaitán continuó su intensa vida pública como penalista y como dirigente político. Entonces, su acción se dirigió a confrontar a las oligarquías de los partidos tradicionales y a convertir el partido liberal en el partido del pueblo.
En 1945 fue proclamado candidato a la Presidencia de la República carrera que asumió enarbolando las banderas de la Restauración Moral y Democrática de la República. Sin embargo, el abstencionismo, sumado a las divisiones internas del Partido Liberal entre los partidarios de Gaitán y los de Gabriel Turbay, favorecieron el triunfo del candidato conservador Mariano Ospina Pérez. Tras su derrota Gaitán no desfalleció. Siguió trabajando pacientemente y resurgió con nuevos ímpetus, conquistando para el pueblo la mayoría de los escaños de las asambleas departamentales, los concejos municipales y el Congreso de la República. Esta situación, hizo que el el sector oficialista se viera en la obligación de proclamarlo Jefe Único del Partido Liberal en el año de 1947. Ya para entonces era evidente que Jorge Eliécer Gaitán sería Presidente de la República de Colombia.
Una ráfaga de odio pretendió borrarlo, pero lo grabó con más fuerza en el corazón de su pueblo. Gaitán fue el único que le habló a las mayorías invisibles y, como bien lo señala William Ospina, eso tiene su cielo.
Y ahora, cuando recomienza el festín electoral, hay que recordarle a los candidatos que su peor error, porque es el más mezquino y el más calculador, es solo hablar con los que votan, con los que ya están conquistados para el modelo de país que tenemos. Y claro que es más dificil proponer un país que armar un plan de gobierno. Pero al final, como no hacen nada que modifique la historia, nada que dignifique nuestro puesto en el mundo, nada que engrandezca a sus conciudadanos más humildes, cada presidente pasa, se borra y se olvida.
Gaitán, en cambio, sigue creciendo. Como una promesa.
miércoles, 20 de mayo de 2009
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